Cómo el “Departamento de Eficiencia Gubernamental” de Trump y Musk podría reprimir el trabajo remoto y forzar a los empleados federales a renunciar
(CNN) — Se espera que el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental del presidente electo Donald Trump, una entidad no gubernamental dirigida por el multimillonario Elon Musk y el empresario de biotecnología y ex aspirante republicano a la presidencia Vivek Ramaswamy, impulse el fin del trabajo remoto en las agencias federales como una forma de ayudar a reducir la mano de obra federal a través de la deserción.
Tanto Musk como Ramaswamy han lamentado recientemente en público el número de empleados de la administración pública que trabajan a distancia.
Una fuente familiarizada con las primeras discusiones sobre el enfoque de DOGE, como se conoce la iniciativa, dijo a CNN que, si bien nada es definitivo, las primeras prioridades incluyen un esfuerzo para poner fin de inmediato al trabajo remoto en todas las agencias federales, haciendo que la semana laboral de cinco días sea un requisito para todos los empleados federales.
“Es una medida obvia, y muchas empresas ya lo han hecho. Entonces, ¿por qué no se va a exigir a los empleados federales pagados con el dinero de los contribuyentes que estén en sus puestos?”, dijo la fuente.
El pensamiento es que este tipo de mandato, junto con el traslado de las agencias fuera de Washington haría que muchos trabajadores federales abandonen voluntariamente sus puestos, ayudando a la nueva administración Trump a mermar las filas de la fuerza de trabajo federal y ahorrar dinero al gobierno.
Poner fin al trabajo remoto en todo el gobierno se está considerando un potencial “candidato temprano” para los decretos que los miembros del DOGE recomendarán a Trump, dijo la fuente. “Definitivamente está sobre la mesa”, dijo la fuente, aunque se desconoce cuánto creen que esto ahorrará al gobierno federal.
Actualmente, no todos los trabajadores federales están obligados a estar en la oficina cinco días a la semana. Cada agencia determina su política de trabajo a distancia para cumplir mejor su misión. Hay 1,3 millones de trabajadores federales autorizados para el teletrabajo, según datos de la Oficina de Gestión de Personal. Los datos del Gobierno muestran que los trabajadores federales que trabajan a distancia dedican el 60% de su tiempo a realizar su trabajo en persona.
Everett Kelley, presidente nacional de la Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno (AFGE, por sus siglas en inglés), sindicato que representa a más de 800.000 trabajadores federales, declaró a CNN en un comunicado que “la insinuación de que los empleados federales en general no trabajan en persona no está respaldada por los datos ni por la realidad”. “Cuando se trata de cambios en las condiciones de trabajo que podrían afectar a los contratos sindicales, AFGE adopta la posición de que tales cambios deben ser negociados con el sindicato a través del proceso normal de negociación colectiva”.
Las fuentes también dijeron a CNN que se espera que el activista conservador y fundador de Turning Point USA, Charlie Kirk, quien se ha acercado a Musk, sirva como asesor no oficial de DOGE. Kirk ha criticado el trabajo a distancia, llamándolo “una gigantesca operación de saqueo y los contribuyentes estadounidenses son su máscara” en X el lunes, otra señal de que esto podría ser una prioridad clave.
Alterar vidas
Algunos empleados federales a los que se ha permitido trabajar totalmente a distancia afirman que obligarles a volver a la oficina trastocaría sus vidas, y no necesariamente ahorraría al gobierno tanto dinero como cabría esperar.
“No puedo abandonar esta carrera”, dijo a CNN un empleado de la Biblioteca del Congreso que vive en el Medio Oeste. “Me vería obligado a trasladarme de nuevo a Washington, aunque eso signifique separar a mi familia”.
El trabajador, que pidió el anonimato para proteger su puesto, se presentó en su oficina de Washington cinco días a la semana durante muchos años. Pero cuando llegó la pandemia de covid-19 se le permitió trabajar a distancia y se trasladó al Medio Oeste para estar más cerca de su familia y ahorrar dinero, aunque ello supusiera un recorte salarial de US$ 12.000. Desde entonces compró una casa y comenzó una relación.
Además, el empleado no tiene una oficina a la que volver, ya que otras personas de la Biblioteca del Congreso ocupan su antiguo espacio.
Pero algunos de sus colegas, sobre todo los que tienen hijos, han dicho que no podrían regresar. Esto perjudicaría a la misión de la Biblioteca del Congreso debido a que, como muchas otras agencias gubernamentales, ya está lidiando con una alta rotación de personal, dijo el trabajador.
Otro empleado federal que trabaja a distancia dijo a CNN que tendría que desplazarse de dos a tres horas a la oficina más cercana. Para este trabajador, que lleva más de 10 años en el Gobierno federal, eso sería un motivo de renuncia.
“El estrés estaría por las nubes”, dijo el empleado, que pidió el anonimato para proteger su puesto de trabajo. “Estoy en un punto en el que si tuviera que desplazarme, dimitiría. Me lo tomaría como una señal para seguir adelante y empezar un nuevo capítulo en mi vida”.
Este trabajador de la Administración de Servicios Generales afirmó que obligarlos a acudir a una oficina los haría menos productivos. En la actualidad, trabajan más horas, incluso cuando están enfermos o tienen vacaciones programadas, a pesar de que no cobran las horas extra.
Otros objetivos más allá del trabajo a distancia
El trabajo a distancia no es la única medida de reducción de costos que probablemente se abordará en los próximos decretos.
La fuente familiarizada con los primeros debates sobre el DOGE dijo que muy pronto en la administración, se espera que se produzcan varios decretos influenciados por DOGE destinados a reducir los costos.
Pero no es probable que las recomendaciones del DOGE adopten únicamente la forma de decretos, ya que pueden ser revocados fácilmente por futuras administraciones. “También habrá un plan a más largo plazo para realizar más reducciones y más profundas a través del proceso de elaboración de normas”, añadió la fuente.
Ramaswamy amplió en las redes sociales los planes para recortar fondos de programas que el Congreso ya no autoriza pero que siguen recibiendo asignaciones.
“No deberíamos permitir que el Gobierno gaste dinero en programas que han caducado. Sin embargo, eso es exactamente lo que ocurre hoy en día: medio *billón* de dólares de fondos de los contribuyentes (más de US$ 516.000 millones) se destinan cada año a programas que el Congreso ha permitido que caduquen. Hay más de 1.200 programas que ya no están autorizados pero que siguen recibiendo fondos. Esto es una locura”, publicó en X.
La fuente familiarizada con las primeras discusiones dijo a CNN que Musk y Ramaswamy no planean reinventar la rueda cuando se trata de determinar la mejor manera de cortar los excesos en el gasto público.
“Se basarán en los informes existentes del Congreso y del poder ejecutivo, así como en anteriores comisiones gubernamentales externas centradas en recortar el gasto público”, dijo la fuente, señalando que los objetivos conservadores anteriores servirán de base para lo que haga el DOGE. “No se ven a sí mismos como la única respuesta al gasto público y la eficiencia”.
Musk y Ramaswamy están identificando actualmente todos los lugares de la extensa Administración federal en los que podrían recortar, según la fuente, mientras que Ramaswamy se está encargando al mismo tiempo de elaborar la justificación legal de los recortes que recomiendan.
Con el tiempo contratarán a más personas, pero será un equipo pequeño y ágil, según la fuente. “No serán cientos de personas. Será muy pequeño. En gran parte, las agencias también tendrán que determinar dónde recortar. También dependerá de ellos”.
Con información de CNN